AMBATO 10K

Foto: Manuel Cobo. Volcán Tungurahua en erupción, visto desde El Altar.

La carrera de Ambato “La Ruta de los 3 Juanes” resultó toda una aventura. Viajé desde Quito con solo dos miembros de mi grupo de corredores porque los demás no podían faltar a sus trabajos, en cambio yo aproveché para cumplir con una visita laboral a esta ciudad.
Ambato está localizada a 2 horas de Quito, en las faldas del Tungurahua, un volcán en continua actividad, a 1600 mts de altura y muy conocida por su fiesta de flores y frutas.
La carrera fue el viernes 5 de febrero en la noche… PRIMER PUNTO a mejorar de parte de los organizadores: hacerlo en sábado para facilitar la llegada de atletas de fuera de Tungurahua.
Salí de mi cita de trabajo a las 6pm y volé al hotel ubicado a corta distancia, pero gracias al tráfico, me tomó más de 20 minutos el trayecto. En viernes el tráfico es extremo y si las principales arterias de la ciudad están cerradas por una carrera, se produce el caos. SEGUNDA razón para hacerlo en sábado.
Solo dos personas de las varias que contacté esa tarde, sabían algo de la carrera. TERCER PUNTO a mejorar es comunicar a la ciudadanía sobre el evento deportivo para que tomen precauciones y eviten el embotellamiento o las barreras policiales. Además estas competencias deben ser publicitadas para lograr el objetivo de cultivar el deporte en la población y para recibir con buena cara al turista/corredor, darle información, apoyarle a llegar a la largada, abrirle la ruta y facilitarle el regreso a su sitio de hospedaje. Cuando averigüé cómo llegar a la Largada, no obtuve respuesta ni siquiera de los recepcionistas del hotel.
Subí a mi habitación y cuál no sería la sorpresa al notar que había olvidado el short para correr. Este PUNTO de mejora me corresponde: ¡asegurar que llevo la indumentaria completa! Me vestí como pude y bajé a comprar un short en uno de los comercios de implementos deportivos cercanos. En el almacén encontré a una corredora en apuros como yo y decidimos buscar juntas un taxi. Imposible. Estos estaban impacientes con el tráfico y al oír que íbamos hacia Atocha, lugar de inicio de la ruta, nos miraban con súbita indiferencia y aún con molestia. Decidimos trotar los 10 minutos que nos separaban del sitio en cuestión. Eran las 6h45.
Íbamos calentando los músculos, conversando y riendo, y al rato se nos unieron otros 4 corredores que apuraron el paso y nos dejaron atrás. Mi compañera cargaba un bolso, algo que me sorprendió, y le pregunté qué iba a hacer con éste. Dijo que lo iba a encargar.
La “hora ambateña” es de felicitar porque a diferencia de la “hora ecuatoriana” significa en punto, y no 15 o 20 minutos de retraso. Pero exageraron en la puntualidad pues la largada fue a las 6 y 55 en vez de las 7 pm. Esos 5 minutos fueron definitivos para nosotros pues estábamos llegando y de pronto vimos los fuegos artificiales y escuchamos el disparo. La élite se nos venía encima y ya no teníamos otra posibilidad que sumarnos a la carrera.
Vi que nuestra amiga entregaba el dichoso paquete a un policía y este se negaba a recibirlo. Le recomendé a gritos dejarlo en manos de los músicos de la banda policial y me colé al segundo pelotón. No sé qué fin correría –literalmente- la improvisada amiga, lo cierto es que por un buen rato fui oyendo sus gritos: adelante compañera, no se quede, vamos, fuerza…
Hice en 50 minutos los 10K tomando en cuenta las 2 cuestas y una tercera “rompecorazones” muy larga (calculo que medía 1 kilómetro). Pero el resto de la ruta fue hermosa, sobre todo la calle Olmedo que permitía ver toda la ciudad. Los niños de colegio estaban dispuestos en algunos sitios y con banderitas, flores y picadillo alentaban a los corredores. El abastecimiento de agua estuvo perfecto, aunque no vi bebidas energizantes.
Al llegar comenzó a chispear y como en Quito no llueve hace meses, recibí con alegría el agua del cielo. Me enfriaba así que busqué transporte para volver al hotel y noté que los taxis escaseaban o estaban llenos. Caminé con algunos corredores y como es costumbre, satisfechos por la misión cumplida, fuimos conversando de los tiempos y de la ruta.
Me gustó mucho la gente de Ambato a pesar del tráfico y de los taxistas descomedidos. Aparte de los 3 PUNTOS a mejorar en la Ambato 10K, tengo los mejores recuerdos de la carrera junto al volcán Tungurahua.