RUMBO A NUEVA YORK - LIBROS

El sábado corrí 24 kilómetros por el chaquiñán dentro del plan para la maratón de Nueva York. A pesar de la fiesta del viernes y las 4 horas de baile, me levanté con ganas de correr. Estoy súper motivada y me siento fuerte. Esta es la última vez que duermo tarde porque la clave para una buena maratón es: entrenamiento, alimentación y descanso.

Siempre me gusta tener un libro para inspirarme en esta etapa más alta del entrenamiento. Para Boston leí La Fuerza Serena de Adelaida Restrepo sobre el Sifu Rama. Increíble y relajante.

Para Buenos Aires leí Chi Running de Danny Dreyer y testimonios motivadores de la revista Runners World. En cambio para Chicago leí unas novelas medio deprimentes de baja inspiración.

Ahora leo De qué hablo cuando hablo de correr de Haruki Murakami. Está divertido. Comparto algunas frases de este ultramaratonista y escritor:

• Al principio me daba algo de vergüenza que la gente del vecindario me viera correr.
• No soy un corredor de los buenos, pero al menos tengo una gran capacidad de resistencia. Es uno de los pocos dones de los que puedo presumir.
• Tuve la oportunidad de descubrir que la parte más dura del maratón llega una vez superados los treinta y cinco kilómetros.
• Si haces ejercicio todos los días, tu peso ideal se acaba estableciendo de forma natural. Poco a poco se va vislumbrando el punto en el que el cuerpo se mueve con agilidad. A la par, modifiqué de manera paulatina mi alimentación. Hice de los vegetales la base de mi dieta y obtenía las proteínas principalmente del pescado. Nunca me había hecho mucha gracia la carne, pero esta tendencia se reafirmó.
• A medida que envejecen, su fuerza física va disminuyendo (se refiere a personas delgadas que dicen no necesitar hacer ejercicio). Si uno no presta atención, va perdiendo músculo de modo natural y sus huesos también se van debilitando.
• Nunca he recomendado a nadie de mi entorno que corra. En mi opinión, hay que evitar en la medida de lo posible decir cosas como: “Correr es algo estupendo. ¡Corramos juntos!” Si una persona tiene interés en correr largas distancias, en algún momento se pondrá a correr por su propia cuenta aunque no se le diga nada. El maratón no es un deporte para todo el mundo.
• Los músculos son como los animales, a ser posible también les gusta vivir cómodamente, de modo que si uno deja de proporcionarles carga, se relajan y empiezan a olvidar, van perdiendo el recuerdo. En una época tan importante como ésta, con la carrera a punto de celebrarse, hay que plantarse ante ellos con firmeza y pedirles que se preparen para lo peor. Hay que dejarles bien claro que esto es muy serio. Hay que mantenerlos en permanente tensión; sin llevarlos al límite, tampoco hay que ser clementes con ellos. Todos los corredores con experiencia han ido aprendiendo de modo natural este tipo de estrategias.

...NY, NY
I want to wake up in a city
That never sleeps
And find I'm A-number-one,
Top of the heap,
King of the hill,
A-number-one...

VER DESDE ARRIBA

¿Cómo te liberas de los temores? ¿Cómo te liberas de las ataduras? Con la pasión. Con la acción.

Ver desde arriba todo el panorama, el futuro. Si Gandhi se acobardaba después de su primer encarcelamiento, nunca hubiera sido quien llegó a ser y a lograr.
Si tú ves el porvenir con perspectiva, no te quedas en los problemas de cada día, los superas y avanzas hacia la gran meta.

En un curso de Liderazgo leímos un escrito de Facundo Cabral. Transcribo una partecita:
“No estás deprimido, estás preocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y a los jóvenes: te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor.

Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad?”

Indignación

Hoy subía a Quito con la sensación de un lunes diferente, con la ausencia, la pereza y un dolor de barriga por algo que comí, y de pronto pensé en lo difícil que iba a ser este lunes para la esposa del señor que mataron el viernes. No le conocía de cerca, era corredor, papá de dos niñitas, un ejecutivo trabajador y valioso. Al enterarme el viernes de noche me dije: a Dios gracias que no le conozco, no quiero oír malas noticias. Pero me llamaron a cantar en la misa y fui porque hay que apoyar en esos momentos. La gente conversaba de él y todos decían que era una persona muy querida, que no hay muerto malo pero que él era especial. Unas cuantas personas me dijeron que era uno de sus mejores amigos. Una chica me dijo: era mi mejor amigo.

La razón del crimen: dinero. Maldad…
La actitud de todos: consternación, deseo de justicia, dolor.

Nadie quería moverse cuando terminó la misa. Cantamos 3 canciones al final y nadie se movía. No le querían dejar ir. Era demasiado pronto.

Salí del cementerio como si le hubiera conocido toda la vida. Qué linda persona, qué alegre, generoso, divertido, lleno de ilusiones y proyectos.

Hoy toca rezar, pero mañana… ¿vamos a hacer justicia? El padre Roberto dijo: los buenos somos más. Somos como las ovejas, que sobreviven si se unen contra el lobo rapaz. Tenemos que permanecer unidos. Unidos, no indiferentes.

MIS TRISTEZAS

Algún día voy a escribir sobre mis tristezas pero no hoy. Las penas pesan al andar dice la canción y no tengo fuerzas esta noche. La pena porque mi hijo no está, o el recuerdo de esa pequeña parte de tu frente. La belleza de mi mamá que ahora está tan lejos y que me acompaña a cada paso. El espacio desde mi cama al balcón y los perros ladrando fuera de la casa que ya no es tan mía. Hoy no voy a lastimarme pensando en eso. Las tristezas aparecen de repente porque saben que me quitan la alegría y la ilusión de estar contigo. Vuelvo a cantar para no ver más allá del velo de pasión y de sueños. Alberto Cortez dice tengo a mano la alegría y la tristeza por eso las dos se sientan en mi mesa. Pero no hoy. Hoy canto y Feliciano me invita a brindar por esta tristeza, Miguel Bosé, llueve triste dentro de mí… y Diego Torres la espanta con la esperanza de que la tristeza algún día se irá.

Que se vayan, pero son tan necias las tristezas que solo vienen y vienen y hoy quiero amor solo amor…