UN RETO TIENE QUE COSTAR

Hoy me comuniqué con el club de corredores Zerolímites con quienes tengo en común el placer de correr. Me motivaron con su entusiasmo y sus palabras.

Se acerca una nueva ruta y aunque estamos recién en la mitad del Reto 21x24, al quedar solo dos meses de este intenso año 2011, siento que vamos terminando algo. Creo que lo más duro ya pasó. Como decía Franklin Tenorio: lo más difícil fue empezar.

Es verdad, pero en algún momento del camino le dije a mi hijo: debería haber solo 12 provincias, ¡ya no jalo! El no se compadeció, dijo: es un reto, y un reto tiene que costar.

El Reto 21x24 es una experiencia enriquecedora, lindísima. Corremos por una Causa que es la protección del Yasuní. No queremos que se manipule esa reserva única del Ecuador y del mundo con temas políticos. Creemos en un único plan: la conservación del Parque Yasuní. Esta motivación es importante como lo es ir paso a paso trotando por el diverso Ecuador.

Al empezar el Reto no imaginamos que íbamos a conocer deportistas en cada provincia. Y menos que éstos iban a tener un alma de quijotes por sus proyectos en pro del atletismo y una gran generosidad. Al principio solo queríamos correr y variar de trayectos, pero ahora esos senderos son nuestros en la memoria y en nuestras pisadas.

Hay tanto de constructivo en este Reto que agradezco a Dios que me ha permitido vivir las 12 rutas hasta aquí logradas.

En estos días tendré más datos de Zamora Chinchipe a donde se llega vía Loja. ¡Por suerte en Ecuador lo más lejos es 8 horas! Una ruta atractiva, por ser en la playa, es Santa Elena. Correremos desde Ancón a Salinas, pasando por Mar Bravo. En enero 8 vamos a la selva de Sucumbíos, al norte del país.

Y en febrero Loja, por Carnaval… y así seguiremos con la gratificación de ir descubriendo caminos y paisajes. Llegar al día cero y… ¡¡correr!!