MÁS ALLÁ DE LA CUMBRE

Foto: Manu en la cumbre

Una de mis hermanas nos regaló este libro a todos –somos 10 hermanos- en una Navidad. Y el sábado que corría por el Chaquiñán me acordé de que a veces uno llega a la cumbre. Y también pensé que la cumbre dura un ratito, que hay que bajar rápido porque o si no te da soroche, en las palabras metafóricas de Iván Vallejo, el montañista número uno del Ecuador.
En un mes estaré en la maratón de Boston, si Dios quiere, y será una meta cumplida, una cumbre.
¿Y luego qué?
Ahí van las palabras del autor del libro, Zig Ziglar, sobre ese pequeño sitio del mundo y de la vida: la cumbre.
“Su vida ha sido una constante lucha para llegar al éxito, a los logros, a cumplir sus sueños. Usted llega a la cumbre y está en paz con usted mismo y puede realizar más cosas con sus recursos y habilidades. Hará en menos tiempo lo que tiene que hacer. Esto le dará más tiempo para estar con la gente que ama. Podrá poner más en la vida, lo que significa que podrá obtener mucho de ésta. Usted llega más allá de la cumbre cuando ha encontrado la razón de vivir con valores, carácter, honestidad, integridad y sensibilidad.
Usted está más allá de la cumbre cuando…

• se ha reconciliado con su pasado, está ubicado en el presente y es optimista respecto a su futuro.


• cuenta con el amor de sus amigos y el respeto de sus enemigos.


• está lleno de fe, esperanza y amor, y vive sin rencor, avaricia, envidia o deseos de venganza.


• sabe defender lo moralmente correcto.


• se enfoca de sus derechos a sus responsabilidades.


• ama lo no amado, da esperanza al desesperanzado, amistad al que no tiene amigos, aliento al desanimado. Sabe que el dar supera al recibir.


• sabe que usted no es porque triunfa, ni dejará de ser porque falla.


• está seguro de quién es usted, está en paz con Dios y con el ser humano.


• entiende que el fracaso es un suceso, que hoy es un nuevo día.


• sabe que el más grande es el mejor servidor.


• reconoce, desarrolla y utiliza las habilidades físicas, mentales y espirituales que Dios le da para hacer el bien.


• se enfrenta al Creador del universo y El le dice: “Bien, buen siervo y fiel.”
  
  Por Zig Ziglar