En
todas las relaciones, lo que no suma, resta. Es la enseñanza del día.
No
hay más o menos en la vida. Lo que trae vida debe sumar. No hay más o menos
embarazada, por ejemplo. No hay más o menos enamorada. El amor es sumar. El desamor, restar.
Y
si una relación resta, tienes dos opciones: o tratar de que sume, o eliminarla.
En una relación importante, transparente, hay que lograr que sume.
El
cumplimiento es restar. Todo lo que sea por cumplir, es una tarea, es
obligación, es restar. Hay que meter pasión y amor aún a eso que nos parece que
hacemos por cumplir.
A
Dios no le puedes cumplir y tampoco le puedes ofender, Dios te cuida. Tu
“ofensa” es como una cachetada de un bebé a la mamá o al papá. A Dios solo le
puedes amar.
Quien
ama a Dios, es muy seguro de que ame a los demás.
Amar a Dios es la suma infinita.
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