Foto: un zorro en Kamloops, CanadaAparte de mi entrenamiento, este blog no pretende ser coyuntural. Trato de no escribir de hechos o de gente, sino de conceptos. Y hoy veo que han pasado más de 500 años para que la mayoría de los habitantes del planeta podamos escoger la religión que queramos. Hablo de esto porque hoy es Pascua y de alguna manera he tratado de vivir estas fechas con los ritos católicos que aprendí de niña y que llenan mi espíritu de paz y de fe.
Respeto al que piensa diferente.
Pero me da pena que los chicos –mis hijos para ser exactos- digan que esas tradiciones son una pérdida de tiempo o son “negocio de curas”, y otros argumentos paganos. ¿Se han vuelto paganos? O tal vez son herejes en el sentido más simple de la palabra es decir que dicen disparates sobre la fe. Como decía un sacerdote a quien admiro: “De padres creyentes, hijos tibios y nietos indiferentes.” La indiferencia es la mejor descripción.
Respeto al que piensa diferente.
Pero me da pena que los chicos –mis hijos para ser exactos- digan que esas tradiciones son una pérdida de tiempo o son “negocio de curas”, y otros argumentos paganos. ¿Se han vuelto paganos? O tal vez son herejes en el sentido más simple de la palabra es decir que dicen disparates sobre la fe. Como decía un sacerdote a quien admiro: “De padres creyentes, hijos tibios y nietos indiferentes.” La indiferencia es la mejor descripción.
Ayer corrí en otro sitio espectacular: un sendero que hay camino a Nono, un pueblo al noroccidente del Pichincha. Altura 3500mts, ruta de tierra firme, casi plana y una distancia de más de 10k que medí antes de dar la vuelta y cumplir los 20K del plan.
Amanecía y una niebla liviana daba paso a los rayos de sol y a un paisaje de montañas y valles. Por la fecha y por lo lindo del camino, imaginé a Jesús en el camino de Emaús, -de Nono-, dándome el encuentro y preguntándome: ¿Qué te pasa? ¿En qué piensas?
Amanecía y una niebla liviana daba paso a los rayos de sol y a un paisaje de montañas y valles. Por la fecha y por lo lindo del camino, imaginé a Jesús en el camino de Emaús, -de Nono-, dándome el encuentro y preguntándome: ¿Qué te pasa? ¿En qué piensas?
Jesús te provoca, te cuestiona, es una luz de confianza y “está atento a nuestras obras”, como dice un salmo (1). Todos nos topamos algún rato con Jesús en el camino de Emaús o en otro sitio.
En el Principito de Antoine de Saint-Exupéry el zorro le explica a este niño que los ritos son importantes: “Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
—¿Qué es un rito? —inquirió el Principito.
—Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra."
Al final de su vida, el Principito afirma: “Es hermoso haber tenido un amigo, aún si vamos a morir. Soy feliz por haber tenido un amigo zorro...”
(1) Salmo 33.
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